¿Qué importancia tiene la jerarquía visual en el diseño?

¿Qué importancia tiene la jerarquía visual en el diseño?

Por Verónica Joce 01/06/2021 en Graffica.

Una de las características esenciales de cualquier diseño eficaz es que tenga una clara jerarquía visual. La jerarquía visual se puede definir como la composición de elementos en un diseño, de modo que haya una diferencia entre ellos, y esta diferencia tenga un orden visual. En otras palabras, la jerarquía visual hace que un diseño parezca más organizado, fácil de entender, estéticamente atractivo y, también, mejora la organización de la información. Incluso si lo que buscas es un resultado que abrace el Ugly Design, necesitarás conocer los siguientes principios básicos para romperlos.

Para asegurarse de que un diseño está comunicado de la manera más efectiva posible, se deben recordar algunos conceptos –quizás olvidados– como la teoría del color y la composición, y usarlos estratégicamente en lugar de limitarse a técnicas favoritas o a tendencias actuales. Para conseguir jerarquía visual es importante tratar de trabajar con todos los recursos de la caja de herramientas del diseño –color, contraste, tipografía, espacio y otros principios básicos– para organizar y priorizar el contenido. Aunque puede parecer que es una disciplina difícil, en realidad no lo es. Dada la multitud de opciones a elegir, existen unas normas básicas que componen la jerarquía visual.

No sirve únicamente ser creativo, también es necesario tomar en cuenta todas las sutilezas que presenta una composición, así como saber reconocer qué es lo que puede formar parte de la composición y qué es lo que tiene que quedarse fuera.

Una de las funciones más importantes de la jerarquía visual es ayudar a establecer un punto focal, ofreciendo a los espectadores un punto de entrada para comenzar a navegar por el diseño y demostrarles dónde se encuentra la información más importante.

1. Tamaños que mejoran o reducen la visibilidad

El elemento de diseño más grande llama la atención. La ampliación del tamaño de un objeto (sus dimensiones) y la escala (su tamaño en relación con otros objetos) es una de las formas más fáciles y efectivas de darle importancia visual. Por otro lado, los elementos de diseño que no son tan importantes –o de los que quieres quitar énfasis– pueden ir en tamaños reducidos para ser menos visibles. Como en cualquier principio de diseño, el equilibrio es la clave.

2. Color y contraste: atención directa de los espectadores

Estamos visualmente atraídos por el color, en especial cuando se usa de manera estratégica para resaltar alguna imagen o información importante. Un toque brillante de un color como el rojo o el amarillo, por ejemplo, es difícil de ignorar, ya sea en una señal de tráfico en la carretera o en un cartel colgado en la cafetería. Y del mismo modo es posible trasladar cualquier elemento o información a un segundo plano empleando colores menos brillantes y llamativos. Esto no significa que tu diseño deba convertirse en un arco iris. De nuevo, la clave aquí es el uso del color con moderación y con propósito.

Además, existen varias formas para alcanzar un contraste de colores llamativo:

  • Temperatura: básicamente, los colores suelen dividirse en tres categorías: fríos –azul y verde–, cálidos –rojo, naranja y amarillo– y neutros –negro, blanco, gris y, a veces, marrón o beige–. La mezcla de temperaturas de color, especialmente las de alto contraste, puede atraer mucha atención visual. Pero, al mismo tiempo, mantener una temperatura de colores puede ayudar a que un diseño se vea más cohesionado visualmente.
  • Valor: se conoce como valor de un color la amplitud de la luz que lo define; es decir, la luminosidad u oscuridad que posea. Al igual que la temperatura, los colores de diferentes valores se pueden contrastar entre sí para lograr un efecto dramático, mientras que los colores de valores similares tienden a tener un peso visual más igual.
  • Saturación: un color en su forma más pura y brillante está 100% saturado; cuanto más se acerca al gris, más desaturado está. El uso de colores brillantes o “apagados” –ya sea juntos o separados– puede ser una forma estratégica de crear espacios de alto o bajo contraste en un diseño.

3. Jerarquía tipográfica: 3 niveles para organizar un diseño

Para cualquier diseño que incluya texto, la jerarquía tipográfica es un componente de la jerarquía visual que no se puede descuidar. Para tener una idea básica de la jerarquía tipográfica, solo hay que imaginarse un artículo de revista con un titular, subtítulo y cuerpo. Este enfoque básico de tres niveles se puede aplicar a cualquier tipo de diseño, desde tarjetas de visita hasta páginas web.

  • Primer nivel: la información más importante se transforma, normalmente, en un elemento tipográfico más visible en el diseño.
  • Segundo nivel: elementos que organizan el diseño en secciones o agrupan información relacionada. El tipo de letra no debe destacarse tanto como en el primer nivel, sino que debe dirigir claramente a los espectadores a las diferentes partes del diseño y ayudarles a navegar con facilidad.
  • Tercer nivel: para un diseño con mucho texto, la tipo del tercer nivel tiene, normalmente, el objetivo de funcionar como mensaje completo, por lo que tendrá más detalles. Sea qual sea el tamaño de texto –un artículo completo, una breve nota, una breve descripción–, la principal preocupación de este tipo debe ser su legibilidad.

4. Fuentes: elije categorías y estilos tipográficos con cuidado

La jerarquía tipográfica no es el único aspecto a considerar. La apariencia de las fuentes –la categoría y el estilo– pueden resalzar o empeorar un diseño. Hay que pensar en las tipografías como si fueran personas con su propia personalidad. Entre los tipos, existen algunos que son ruidosos y extravagantes, algunos que son tranquilos, pero interesantes, y otros que son flexibles y se adaptan dependiendo de con quién esté.

5. Espacio: dale al diseño equilibrio, ritmo y enfoque

El espacio en blanco –y el espacio en general– es uno de los principios de diseño que suele estar más descuidado, por lo que es el punto clave en la jerarquía visual. Normalmente, cuando no se planifica el espacio en blanco en el diseño, tal vez se corre el riesgo de incluir la mayor cantidad de información posible convirtiendo el resultado final en un amasijo de información confuso. Esto se debe a que el espacio en blanco es esencial para separar y organizar los elementos de un diseño y ayudar a que se vea ordenado y bien equilibrado.

Las ventajas del espacio en blanco:

  • Da, a ojos del espectador, un lugar para descansar y un camino para recorrer el diseño
  • Separa información en secciones y selecciona puntos focales

6. Composición: estructura tu diseño

Aunque se pueda guiar a los espectadores con algunas técnicas que ya hemos mencionado, la mayoría de los diseños se benefician de una estructura y una organización, conocidas como composición. Los creativos han confiado en las técnicas de composición durante siglos, muchas de las cuales todavía son vigentes a día de hoy. Aquí, algunas de las técnicas más comunes:

  • Regla de los tercios: crear una composición dinámica en la que el punto focal no se ubica en el centro. Esta regla divide un diseño en una cuadrícula (tres líneas horizontales y tres líneas verticales). El punto focal se coloca en una de estas líneas, o idealmente, en uno de los cuatro puntos donde se cruzan las líneas.
  • Regla de las probabilidades: la idea tras esta regla es que un número impar de objetos siempre es más interesante y agradable que un número par.
  • Regla de movimiento implícito: algunas de las variedades más comunes del movimiento implícito de lectura por parte del espectador, son las líneas horizontales, verticales y diagonales, así como las curvas en forma de ‘S’ y las formas en ‘Z’. Un formato en forma de ‘Z’ –lectura de izquierda a derecha–, por ejemplo, es una estrategia de jerarquía bastante popular para los diseños de páginas web.

fuente: www.graffica.info